jueves, 18 de febrero de 2010

Detalle de la pared inclinada, la misma inclinación que llevará el tejado. La técnica usada para dar esta forma a las balas las dejó muy bonitas, haciéndoles un nuevo atado antes de cortar la paja sobrante, pero fue muy laborioso. Probablemente, ahora pondríamos pacas completas, o cortadas, y rellenaríamos el espacio inclinado con libros sueltos de paja sin descomprimir:
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Brahmaya, con los hilos guía que instaló para trazar los perfiles de las paredes inbclinadas...
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Vista general de la casa, con los el muro norte bastante avanzado:
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Y detalle del marco autoportante, en previsión de la ventana que dejaremos a este, para recibir la luz del amanecer en este altillo, que usaremos de dormitorio.

Desde el punto de vista bioclimático, una ventana a este no es exactamente óptima, pero ahora que ya dormimos ahí, podemos decir que el valor de la luz del amanecer, la claridad que entra incluso una hora antes de amanecer, compensa ampliamente el pequeño enfriamiento que puede provocar en invierno, y el pequeño calentamiento que puede provocar en verano.
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